En las prisas... nos olvidamos del valor de la amistad...

Muy pocas veces nos detenemos a decirles a los demás lo que significan para nosotros... damos por sentado que ellos conocen nuestros sentimientos y nos dejamos arropar por las frenadas y aceleradas de nuestras vidas... eso pasa en la familia, en los círculo de amigos, en la vida sentimental y en los lugares de trabajo. En cada uno de nuestros espacios, caminamos y estamos confiados de que el otro sabe que valoramos su presencia y sus aportes a nuestros días. Un gran error de nuestra parte.

La pregunta es ¿cuántas veces le has dicho a un ser querido que su presencia te hace ser mejor persona; que lo quiere o lo amas o simplemente que valoras lo que hace por ti? Así como lo vemos en las películas románticas. Esas que nos dicen, como enseñanza de vida, que solo tenemos una vida para expresar nuestros sentimientos, que muchas veces esas oportunidades no se repiten y que la mayoría de ellas siempre nos lamentamos por no haber aprovechado ese preciso momento para demostrar lo importante que ellos son para nosotros.

A lo largo de nuestras vidas conocemos personas, cultivamos amistades, iniciamos relaciones amorosas y llegan miembros a nuestra familia con un nuevo nacimiento. Esos hechos nos marcan positiva y negativamente. Unos más que otros. Unos llegan otros se van... y esa es "ley de vida"... saber esto, entenderlo y asimilarlo nos ayuda a tener relaciones más saludables y felices, pues el simple hecho de expresar lo que sentimos, sin que esto signifique una obligación para uno o el otro, nos llena de energía, nos mantiene en sintonía con el amor del Padre, cualquiera que fuera nuestra creencia, pues todas y cada uno de las religiones que existen promueven el amor en todas sus formas... sentimiento que debe partir desde el mismo amor que sentimos por nosotros mismos... pues no podemos sentir amor sano si no lo sentimos por nosotros. Todo tiene un inicio e inicia en nosotros... y esto no es redundar.


La amistad es una de las pocas cosas que abonamos con conciencia y dedicación. Hacemos conexión y pensamos que esas chispas que hicieron "clic" al conocer al otro se mantendrán porque simplemente somos afines y compartimos gustos, intereses o sentimientos. Grave error... toda relación, no importa qué tipo sea, debe ser sembrada primero, abonada y cuidada segundo, para que pueda crecer y dar sus frutos. Las especies que utilicemos (cariño, atención, momentos especiales, palabras de aliento, sinceridad y muchas otras cosas que podemos hacer para hacerla florecer) para abonar esta relación, que se aplica a los demás tipos, es lo que nos garantizará que ella sea fuerte y sana, pero sobretodo que nos llene de alegría y felicidad.

No hay que estar 24/7 para ella. Claro que no. Creo en los detalles, en esas pequeñas cosas que hacen grande una amistad, una relación romántica, de trabajo o familiar. Esas pequeñas cosas como un saludo matutino o vespertino, o un simple te quiero cuando menos lo espera el otro. Muy pocas veces prestamos atención a lo que nos dice la mente y nos centramos en que "si el otro no aparece, yo tampoco"... aunque soy abanderada de la doble vía, donde la reciprocidad en los sentimientos debe ser la base de todo, también creo que no hay que tener miedo a expresar lo que sentimos porque nos sentimos vulnerables... la madurez emocional es la que nos garantiza tener y mantener relaciones saludables, que pueden durar o terminar porque nada es eterno, pero si terminan que nos dejen un buen sabor en los labios y un bonito sentimiento en el corazón. Nada donde entre el egoísmo puede florecer.

Hoy quiero rendir tributos a mis amigas... son muchas... Dios me ha premiado... he conocido un montón de personas a lo largo de mis 42 años... unas permanecen todavía, otras ya no están, pero cada una de ellas han cumplido y cumplen con su rol en mi vida... Cada una de ellas han aportado su granito de arena en la construcción de mi complejo residencial, ese que está integrado por mi cuerpo, mi mente, mi espíritu y mi alma. En el conocimiento que siempre habrán unas más que otra que tengan mayor presencia e influencia y que, no por ello sea menos el afecto y cariño, he aprendido a aprovechar las oportunidades que la vida me ha brindado para decirles cuanto valoro su presencia, cariño, soporte y guía... lo he hecho de manera privada y de manera pública, y eso es lo más hermoso del asunto... decir te quiero y gracias sin miedo a la reacción ni sentirme menos ni más... cuando logramos que esto pase en nuestras vidas... en ese preciso momento, crecemos de verdad... no por la edad ni por el tamaño, crecemos en el corazón y el alma y nos hacemos realmente grandes.

Estas palabras, tiradas al espacio sideral... a ese mágico mundo de la red que puede llegar a tocar muchos corazones... tienen una razón de ser... compartir emociones, tocar corazones, multiplicar acciones y mover sentimientos... solo así podremos crecer como personas para lograr una sociedad más sana en el plano emocional.

Gracias a todas las amigas y amigos (sí, las mujeres podemos tener amigos) que han tocado mi vida. Gracias por estar, gracias por irse, gracias por permanecer... solo en gratitud podemos realmente dar valor a lo que Dios pone ante nosotros.

Recuerde: Sean amables de manera indiscriminada!!!

LR

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