Soy mujer y brindo por mis 365 días del año



Soy mujer y tengo mis ideas claras... no pido de más ni de menos, más bien exijo la medida perfecta, aquella que hace grande a los seres humanos cuando unen sus talentos, diferencias e ideas sin estereotipos ni falsas pretensiones de poder, sin etiquetas de sexo fuerte o débil, pues simplemente nos permitimos ser, hacer y crear entendiendo que somos una unidad que encuentra su complemento en los demás.

Yo no celebro un 8 de marzo... yo conmemoro un día creado para llamar la atención sobre los siglos de maltrato y olvido, de los millones de muertes sin sentido, de indiferencias, de llantos y tristezas, de anhelos de equidad, de sueños truncados y otros realizados, de las sonrisas y alegrías que se genera por un nuevo peldaño en la escalera, del desaliento que provoca caminar sin avanzar, del odio sin sentido y la recriminación fruto de la ignorancia que carcome a muchos debido a siglos de pensar erradamente... ignorancia que alimenta ignorancia.

Soy de las que cree que los hombres y mujeres no somos iguales, pues somos muy diferentes, pero sí merecemos tratarnos con respeto, amor y entendimiento. Yo prefiero ser delicada y mostrar fuerza en mis convicciones, ideales y acciones; prefiero mover los hilos con sutileza y obviar a los patanes que encuentro en los camino de la vida; prefiero utilizar la indiferencia ante la creencia de poder y superioridad de los demás; prefiero vivir mi vida a estar pendiente a las de los demás, con mis cargas tengo más que suficiente; pero sobre todo, prefiero sentir la brisa fresca, sonreír a diestra y siniestra, vivir la vida a detalles, coleccionar momentos y disfrutar de las buenas personas, ya sean mujeres u hombres, siendo amable de manera indiscriminada. En fin, prefiero ganar las batallas con la fuerza de mi espíritu que con el filo de una espada.

No creo que la mujer se merezca un día, pues es dueña de los 365 días del año, al igual que el hombre... pero si creo que como mujeres debemos encontrar nuestro centro, sentir y entender nuestra verdadera esencia, disfrutar de nuestra feminidad, movernos con gracia y sutileza, pero haciendo sentir nuestras pisadas; "somos el 50 por ciento de los habitantes del planeta y la madre del otro cincuenta" dicen por ahí, por lo que, más que celebrar o quejarnos, eduquemos a las futuras generaciones en equidad, en amor, en confraternidad y alegría, todo esto sustentado en una gran cama de valores donde el respeto a los demás reine sobre todas las cosas.

No creo que sea una utopía aspirar a una sociedad equitativa... pero esto solo se logra con trabajo y esfuerzo, con educación de hogar sustentada en el ejemplo, con reglas claras no negociables desde el hogar, y con mucha, pero mucha determinación ante las piedras en el camino y los embates del lado oscuro... no pongamos la otra mejilla, pero tampoco enarbolemos la violencia como mejor arma para lograr nuestras metas... actuemos con cordura, sensatez y convirtamos a las generaciones que nacen y crecen en la fuente de la vida, de la vida buena y fecunda... sembremos ahora en el amor y guiemos con sabiduría.

¡Sean amables de manera indiscriminada!

Comentarios

Entradas populares de este blog

El verdadero bienestar humano: La más antigua y moderna perspectiva para lograrlo

Ni mujer maravilla... ni súper poderosa

Los combustibles: Incongruencias de la vida en RD