Terminó la Semana Santa y “no se acabó el mundo”

Lady Reyes ladyreyes@gmail.com

Al igual que pasa en la Navidad, el feriado de Semana Santa es todo un torbellino de excesos, donde se bebe “todo el alcohol que se ha fabricado” y se sale de la ciudad hacia playas y ríos como si al llegar el lunes “ya no tendremos estos espacios y se desaparecieran por arte de magia”.

En el resacado lunes está el cansancio multiplicado por mil y cero balance en los bolsillos, pues se ha gastado hasta lo que no se tiene, solo por pensar que se tiene “licencia para gozar”.

Recuerdo que estos días eran de recogimiento y comunión... de habichuelas con dulce, de comer pescados, de ver películas que tienen como eje principal las enseñanzas de la Biblia y compartir con la familia en el hogar y con el Señor en el corazón, de acuerdo a nuestras creencias.

El accionar de “primero diversión y después meditación” arroja cada año cifras luctuosas a decenas de familias y gastos innecesarios a miles, por no entender que vendrán muchas semanas santas, navidades y días donde se puede disfrutar y divertirse sin poner en peligro su vida y la de los demás.

A la hora de terminar mi labor en el periódico, la cifra de muertes era de 24, con 8 niños intoxicados por alcohol... ¿dónde estaban sus padres? Talvez en lo mismo que sus hijos, pues ellos son el ejemplo a seguir.

Ahora, la pregunta es: ¿vale la pena las pérdidas, solo por un instante de diversión?

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