Nuestras palabras mágicas
Con el paso de los años he aprendido que las mujeres somos seres mágicos con tanta fuerza que tenemos el don de mover montañas. Transformamos lo que tocamos. Nuestro corazón no tiene tamaño. Somos grandes porque queremos ser grandes.
Así como Dios nos convirtió en seres especiales, fuente de la vida, también nos premió con la facilidad de expresarnos, decir lo que sentimos y mostrar nuestro corazón.
Creo fervientemente que lo que decimos y hacemos puede producir cambios. Con este espacio, aspiro que las palabras mágicas que a él lleguen puedan, en unas ocasiones, transformar, y en otras ayudar.
Vamos a buscar la magia y hacerla parte de nuestras vidas. Recordemos que somos seres especiales y tenemos el compromiso de dar lo mejor de nosotros a los demás.
Seamos amables de manera indiscriminadas y trabajemos para que nuestras palabras mágicas puedan transformar el mundo.
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